Cliente recomienda cliente. Así fue como llegó a nosotros Pedro Neira, a quien conocimos en un workshop de Comunal tiempo atrás. Esta vez era 2021, en plena cuarentena, cuando Pedro nos llamó para contarnos que tenía un gran encargo: desarrollar el branding para un holding de dark kitchens, uno grande, con muchas ganas de romperla.

Megabite ha sido una de las marcas que con más ambición se ha sentado a la mesa a contarnos lo que tenía en mente. Una de las primeras cosas que nos dijeron es: “esto empieza en Perú pero se va para todo el mundo”. Pedro Neira unió su gran trayectoria en tecnología con la experiencia de los fundadores del holding de restaurantes MCK, Diego de la Puente y Diego Herrera, conocidos por crear conceptos gastronómicos innovadores para el mundo. Era la fusión perfecta. Y la tenían clara: querían ser la mejor empresa de FoodTech de Latinoamérica.

La idea de los socios era que Megabite (que todavía no tenía nombre) tuviera su propia APP y recolectara data para identificar los puntos calientes de la ciudad y monitorear el comportamiento de consumo de sus clientes estudiando sus historiales de pedidos, etc. Todo esto para crear propuestas gastronómicas más personalizadas, mejores productos y experiencias adaptadas a los gustos y necesidades de sus clientes.

Y es aquí cuando tenemos que decir que las marcas que más orgullo nos generan a nosotros como estudio, siempre han sido los clientes más exigentes. Nunca nadie dijo que era fácil hacer marcas potentes. Pero al mismo tiempo hacer Megabite lo fue, de alguna forma, porque sus fundadores tenían muy claro lo qué querían; y generalmente, los clientes que saben lo que quieren siempre exigen que llegues a tu máximo nivel

Un bite tecnológico

A nivel conceptual, los fundadores traían la idea de FoodTech y eso marcó la ruta desde el inicio. Tenía que entenderse que el negocio se trataba de comida pero sobre todo de tecnología, porque nadie estaba haciendo comida con un enfoque tecnológico en el Perú.

Primero, hicimos el naming. Surgió Megabite porque usamos la referencia del “megabyte” pero cambiando el “byte” por “bite” (mordisco en inglés), uniendo en una palabra los dos mundos donde viviría la marca. Con este mordisco en mente diseñamos un logo que tradujera ese pequeño pero significativo cambio. Hicimos un guiño en la letra B: un mordisco en forma de pixel. Y por otro lado, escogimos una tipografía con vibes futuristas y un color verde muy propio del mundo del código, las primeras pantallas. Planteamos contrastes marcados y escalas tipográficas tan importantes como lo que Megabite tenía que decir. En definitiva, creamos un sistema visual con carácter, contemporáneo, digital, versátil y ágil.

Eat the future

Megabite además tenía que levantar capital. Uno de sus principales stakeholders eran los inversionistas. Y esto era determinante porque la marca debía proyectar hambre de futuro. Los socios tenían que poder sentarse a la mesa con un inversionista con el respaldo de una marca que se viera y sintiera importante.

En Sed sabemos que cuando tienes claro no solo cómo se quiere ver la marca o qué personalidad va a tener, sino también qué quieres que diga y cómo quieres que lo haga, tienes todos los ingredientes servidos para crear un discurso con carácter. Y en branding las marcas con discurso son las que más conectan con las personas. Megabite, tenía mucho qué decir y había que encontrar una forma muy atractiva de hacerlo.

Fue así como nació el eslogan Eat the future, que terminó de darle forma a la identidad. Resumía con mucha fuerza la ambición de la marca y su forma de estar en el mundo. ¿Cómo nació? Fue una iteración con el cliente. Le dimos opciones y ellos la rebotaron con su aporte. De hecho, nos encanta cuando no recordamos si fuimos nosotros o ellos, porque es el resultado de un intercambio mental en el que se termina de redondear algo que hace sentido para todos.

Creando una tribu orgullosa de pertenecer

También nos dimos cuenta que para que Megabite lograra lo que quería, tenía que generar sentido de pertenencia en su equipo. Era importante que la gente sintiera que estaba trabajando en una empresa innovadora con metas importantes que invitaba a su gente a ser parte de un gran sueño.

Por eso, uno de los encargos más importantes fue el diseño del Kit de bienvenida para sus colaboradores. Diseñamos una caja que decía Eat the future, con un sticker con el nombre de cada persona para que se sintiera parte de la historia. Adentro estaba el uniforme. Pensamos en uno que no se sintiera como una obligación, sino que reflejara la personalidad de la marca, que la gente quisiera usarlo y que fuese cómodo. Por eso, nuestras referencias vinieron del mundo del street wear.

Sentimos que realmente lo habíamos logrado cuando vimos una foto de los socios usando merchandising (gorras y polos) de su propia marca. Les parecía que les hacía buen fit y se sentían cómodos y orgullosos de llevar puesta su camiseta. Nos dimos cuenta que habíamos ayudado a crear una tribu. Y es que Megabite ha sido una de las marcas con las que más hemos podido comprobar cómo el branding impacta poderosamente en la cultura de una empresa.

Hoy el branding de Megabite se mantiene tan determinado como su ambición, tan versátil como su creatividad y todavía vigente para lo que se viene. Ya operan en México y recientemente se asociaron con un exitoso holding de restaurantes de Nueva York para crear algo más grande aún. De esta marca, admiramos mucho su capacidad de ejecutar lo que fue un sueño hace unos años, pero no hace tantos años. ¡Larga vida a Megabite!

#LoHicimosConSed